jueves, 24 de enero de 2013

Trazos

Un horario de tiza
despierta trazos de infancia:
Adiestramiento lento
que agenda de gris el día.

Ayer dejé una palabra abierta
por si quisiera entrar septiembre
y el tiempo que restara
se quedase a los pies de cama.

Clavé a la pared el despertador
para que no lo ignorase noviembre
y no pidiera desayunar en casa.

Suficiente para empezar el día
si aquel niño no hubiera copiado en su cuerpo adolescente
lo que hoy sigue escrito sobre la pizarra.

Enrique Forniés Gancedo


Gracias por leer este poema.
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